Rutas y Tradiciones

La gastronomÃa madrileña no es ajena al gusto por la reposterÃa que se continúa elaborando en los conventos de la región. Rosquillas, compotas, pastas, mazapanes....cualquiera de estas variedades sirve para alcanzar la gloria a través del paladar.
Las localizaciones que serán protagonistas de esta ruta culinaria pasará por lugares sagrados tales como:
Monasterio del Corpus Christi en Madrid
Garrapiñadas en Alcalá de Henares
Ruta dulce por los Conventos y Monasterios

Madrid, además de reinventarse cada dÃa, es una región en la que se conjugan las tradiciones del pasado con su conocida vocación de modernidad. El pasado -a veces presente- ganadero y agrÃcola de la región, se ha convertido también en recurso turÃstico. Las fraguas y los potros de herrar diseminados por la Comunidad, son otra excusa más para adentrarse en lo mejor del turismo rural madrileño. Para una región eminentemente agrÃcola y rural, el Madrid de antaño, las fraguas eran fundamentales. En ellas se fabricaban o reparaban los elementos de hierro necesarios no sólo para agricultores, ganaderos y artesanos, sino también utensilios domésticos imprescindibles, como aldabas, argollas, ganchos, llaves….
Ruta por las fraguas y potros de herrar

Las vaquillas simuladas son un ritual muy caracterÃstico en numerosas poblaciones de la Sierra Norte. Tienen lugar en los primeros dÃas del año, coincidiendo con San Sebastián y San Blas, fundamentalmente, pero algunas se extienden hasta el periodo carnavalesco.
En estas fiestas serranas, la aparición de las "vaquillas", manejadas por mozos del lugar, suele estar vinculada a ritos de paso. Los mozos, especialmente los que han cumplido los 18 años (edad en la que antes eran llamados a filas para realizar el servicio militar), son los protagonistas. Confeccionan con ayuda de sus madres las vaquillas, a las que sacan en recorrido por la localidad. Navarredonda, San Mamés, Navalafuente, Braojos o Canencia son algunas de las localidades en las que aún se pueden contemplar este tipo de festejos.
Vaquillas el dÃa de San Sebastián

Estas piedras tenÃan una función decisiva en los sistema de riego tradicional, por medio de reguera o canales abiertos en el suelo, de unos cincuenta centÃmetros de ancho y aprovechando el agua de la montaña. Este sistema se ha conservado hasta hace muy poco en alguno de estos pueblos. En Prádena delRincón, Gandullas y Piñuecar, por ejemplo, alcaldes, escribanos y aguadores organizaban los turnos de riego. El alcalde estaba obligado a invitar a los peones a carne y vino el dÃa de limpieza de la reguera.
En Montejo y Robregordo, los trabajadores que iban a limpiarla por primera vez, junto con los invitados, el secretario y el párroco del pueblo, debÃan mojarse voluntariamente la cabeza en la reguera si no querÃan acabar en el agua vestidos o, incluso, ser manteados.