
CINEFILIA
"El ruido de la fabricas al despertar, los olores y colores de la gran ciudad, me hicieron sentir que yo estaba allí... que estaba allí... que era feliz...".
- MECANO

Un calendario de remakes Disney que no conoce fin…
Tus clásicos Disney favoritos vuelven… Exactamente como los recuerdas. Solo que esta vez, las princesas & co. son personajes de carne y hueso. Parece que el formato acción real lo inventó ayer la casa del ratón Mickey, como quien dice. ¿Es que ya nadie se acuerda de ‘101 dálmatas: ¡Más vivos que nunca!’ (1996)? 2019 será el año de los remakes Disney. ¿Moda pasajera o intento de hacer caja una segunda vez con el mismo producto, sin que cante mucho para el espectador?
Mucho se ha hablado de la falta de originalidad de “Walt” en los últimos tiempos. Además de una lista interminable de reciclados, las secuelas (incluyendo precuelas y “midcuelas”) y los spin-offs, están a la orden del día. Refugiarse en la demanda del cliente ya no parece la argucia más convincente. Aún así, el calendario de estrenos y próximos proyectos se sigue engrosando y a la ola de remakes se le da cuerda una y otra vez.
Cuando creíamos que Disney vivía su enésima edad de plata con títulos de animación tradicional como ‘Tiana y el sapo’ o la exitosa ‘Enredados’, llegó Tim Burton con su ‘Alicia en el país de las maravillas’. La que muchos pensamos, ingenuamente, que iba a ser un ‘Alice Madness Returns’ hecho película pero en realidad hacía las veces de segunda parte poco significativa para la cinta original de animación de Disney. Aún así, podría considerarse un caso aislado y sabe diferenciarse de sus predecesoras.
Todo cambió con ‘Maléfica’ (2014) y la ‘Cenicienta’ (2015) de Kenneth Branagh. La primera gana puntos por ofrecernos una premisa interesante: el punto de vista de la villana. ¿Tenía un potencial que tal vez no se aprovechó al máximo? Muy posiblemente, sí. La segunda en cambio, sigue siendo un misterio. Para alguien que supura Shakespeare por los poros, ‘Cenicienta’ fue la definición de la palabra ‘desconcierto’. ¿Dónde estaba el drama? ¿Y la humanidad en la protagonista? Y no nos referimos a la falta de valores o de moral, sino a esa bondad sobrenatural que quitaba toda credibilidad a la historia. ¡Hasta la cenicienta animada tenía algo de mala idea!
Después llegaría ‘El libro de la selva’ de Jon Favreau (2016) y ‘La Bella y la Bestia’ (2017), ambas musicales, aunque una de ellas calcaba cada fotograma de la original al dedillo con más desvergüenza que la otra. ¡Hagan sus apuestas! También pudimos ver una desapercibida ‘Peter y el dragón’ (2016) que, por otra parte, si desprendía algo de frescura.
Este año, llegarán (y ya han llegado) a las salas ‘Dumbo’, ‘Aladdín’, ‘El rey león’, ‘Mulán’, y ya están en camino ‘La sirenita’, ‘Cruella de Vil’, ‘Campanilla’ y ‘El jorobado de Notre Dame’. Y puedo asegurar y aseguro que a más de uno ya se le cae la baba viendo la novedad donde no la hay…

¿Por qué ‘Vengadores: Endgame’ ha dividido a la audiencia?
“A ver, ¿quién no se ha muerto? Quiero oír su voz”.
- Comandante Rourke, ‘Atlantis: el imperio perdido’ (2001)
Ha pasado. Y aunque, aparentemente, todos hemos salido de una pieza ¿de verdad se siente así? Recapitulemos. 22 películas. 3000 minutos. El fin de un ciclo. El cierre de una fase. Un solo universo. Uno de los más prolíficos. Y muchos se preguntan ¿y ahora qué? ‘Vengadores: Endgame’ se estreno el pasado 25 de abril y aún están frescas las huellas de sus neumáticos. Lo seguirán estando.
En la semana fatal para todo tipo de fandoms (Marvel, Juego de Tronos, Ataque a los Titanes…), sin duda, la última entrega de la fase 3 del UCM (el Universo Cinematográfico de Marvel) estaba en lo más alto de la lista de “más esperados”. O dicho de otra manera, “más responsables de histerismo colectivo entre los fans”. El pánico a los spoilers se extendió más allá de las redes sociales y los cines se llenaron como pocas veces lo hacen. Los taquilleros, los barmen, los inexistentes acomodadores… estaban encantados de haberse conocido (más que nada, porque no tenían la garantía absoluta de salir ilesos de aquella).
Tras esto, el silencio y demasiada información que asimilar. Los ajenos deben entender que, quienes hemos seguido cada capítulo de esta saga, necesitábamos un conclusión a la altura para una historia que, en general, funciona, está correctamente cohesionada y sabe sacar el máximo partido a su metalenguaje. Puede que nos encontremos ante una de las mejores piezas generadoras de feedback con el espectador y ni siquiera lo sepamos. Marvel ha sabido contestar a sus seguidores del mismo modo que toda relación social debe evitar la toxicidad. No nos ha dado todo lo que queríamos. Nos ha dado lo que necesitamos. Y con esta, ya van dos referencias a Disney. ¿Los efectos del cambio en la dirección?
¡Cuidado! Avalancha de spoilers: la Tierra ha quedado desolada tras perder a la mitad de su población y parece que hasta Joe Russo anda necesitado de terapia, ‘Regreso al futuro’ ha sido una farsa todo este tiempo, Thor y Hulk han abrazado su lado salvaje, Loki ha creado una realidad alternativa (lo que se traduce en: la ha vuelto a liar… otra vez), Antman, finalmente, sí disfrutará de un buen taco y el Capi América ahora firma autógrafos por dinero durante los viajes del autobús del IMSERSO. Ah, si… y Viuda Negra y Iron Man han muerto, dejando tras de sí los mayores ríos de lágrimas.
10 años es mucho tiempo en términos cinematográficos. Si lo pensamos con frialdad, es fácil entender el por qué de la sensación de plenitud en unos y la insatisfacción en otros. Volvería la pescadilla a morderse la cola. Para muchos, las cosas no han ocurrido como esperaban y las reacciones son tan negativas como positivas. Casi parece que los Russo, en una suerte de apología a ‘Infinity War’, han logrado un oscuro objetivo que bien podría ser el resultado de un elaborado experimento social. La película no tiene el 100% a favor ni el 100% en contra. No sería exacto afirmarlo, pero si hablamos de un 50/50, puede que no andáramos muy desencaminados. Ámala u ódiala. No habrás errado.

¿Lo sabías?: Los cortos propagandísticos de Disney
En un momento dado, la eficacia de una “ideología heredada” a la hora de moldear mentes e inducir patrones de comportamiento se vio igualada, e incluso superada, por la “aguja hipodérmica” que suponía el formato radiofónico y audiovisual, recurso del que supieron hacer buen uso tanto el Eje como los Aliados y que adoptó un marcado carácter propagandístico en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Para el Tío Sam, los cortometrajes del gigante de la animación, Walt Disney Productions, se convirtieron en instrumentos de precisión que trasladaban con éxito ideas concretas, no solo entre las generaciones más tempranas, ya que estos cortos se proyectaban en salas de cine para todo tipo de público y difundían con gran éxito sus mensajes, sin tener nada que envidiar a estrategias propagandísticas más sofisticadas o sutiles. Muchos eran el resultado de encargos explícitos por parte de altas entidades gubernamentales; otros salían a la luz por iniciativa del propio estudio, que manifestaba su patriotismo y su compromiso a través de sus creaciones.
‘THE NEW SPIRIT’ (‘El nuevo espíritu’ – 23 de enero de 1942)
Este título, protagonizado por el emblemático personaje de Disney, el pato Donald, y nominado al Oscar a Mejor Documental en la 15 edición de los Premios de la Academia (1943), es el primero de una serie denominada Walt Disney's World War II propaganda production, a su vez subdividida en cuatro categorías según la naturaleza de la producción: The Navy productions (Marina), The Treasury Department productions (Departamento del Tesoro), The Army Air Forces productions (Fuerzas Aéreas Armadas) y Propaganda productions. ‘The New Spirit’ es encargado expresamente por el entonces Secretario del Tesoro, Henry Morgenthau, Jr. y lanzado por el War Activities Committee of the Motion Pictures Industry, grupo creado para asistir al gobierno estadounidense en labores de distribución de propaganda audiovisual. La premisa de esta pieza es sencilla: pretende concienciar al ciudadano (norte)americano medio de que la guerra no se apoya únicamente desde el campo de batalla, y de que una “pequeña” contribución económica (en este caso, los impuestos sobre la renta) puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. Todo ello aderezado con el humor y la sátira habitual de Disney. La historia corrió a cargo del artista y escritor Joe Grant y del animador Dick Huemer, con música de Oliver Wallace. A este le seguirían otros cortometrajes como ‘Donald's Decision’ (‘La decisión de Donald’, 1942) ‘Der Fuehrer's Face’ (‘La cara del Fuehrer’ o ‘La cara del derrotado’, 1943) o ‘The Spirit of '43’ (‘El espíritu del 43’, 1943).
‘DER FUEHRER'S FACE’ (‘El rostro del Führer’ – 1 de enero de 1943)
Cartel de 'Der Fuehrer's Face' (1943)
‘El rostro del Führer’ es un corto de Walt Disney Productions lanzado por la compañía cinematográfica RKO Radio Pictures, ganador del Oscar a Mejor Cortometraje de Animación y, de nuevo, protagonizado por el pato Donald (Clarence Nash). También pertenece a la Walt Disney's World War II propaganda production y se encuentra dentro de la categoría dedicada exclusivamente a la propaganda (Propaganda productions). Debido a la feroz representación que hace la cinta de uno de los personajes animados más queridos de los Estados Unidos, en su momento pasó a formar parte de aquellos trabajos que permanecieron fuera de circulación hasta que Disney lo recuperó en sus Walt Disney Treasures. Originalmente, su título iba a ser ‘Donald Duck in Nutzi Land’, siendo Nutzi Land un juego de palabras que aprovecha la pronunciación similar entre nuts (loco) y nazi (nazi). Su traducción, en este caso, vendría a ser Tierra de Locos, atendiendo a esa demonización y ridiculización del enemigo como el principal objetivo propagandístico (se reduce el término ‘nazi’ a un equivalente de loco, desequilibrado, perturbado…). Sin embargo, el corto acabó llamándose ‘Der Fuehrer's Face, al igual que el tema principal de su banda sonora. Una canción de Oliver Wallace que ya había sido popularizada anteriormente por el músico Spike Jones. Repiten como guionistas Joe Grant y Dick Huemer, que en está ocasión trasladan a Donald a un escenario pesadillesco en el que sufre fatales desventuras como residente de una tierra bajo el control del implacable régimen de Adolf Hitler.